Lamentos

Los lamentos son los gritos desgarrados
de nuestra sombra no reconocida.

"abrázame"
esclavizan sus alaridos

"abrázame"
 suplica anhelante

"abrázame"
se lamenta con voz desdichada

"abrázame"
susurra con su culpa

"abrázame"
escupe con voz rasgada

"abrázame"
apuñalan sus berridos

"abrázame,
porque no me atrevo a decirte que soy el PODER que reside en ti"

Y cuando corro

Y cuando corro huyo de mis demonios
y de tus palabras
que como luciérnagas en celo
aletean sus luces en cada paso que avanzo.
Lejos de mi, lejos de ti, lejos de todo....
me pierdo en la insaciable densidad del bosque;
ese que yace en mis entrañas,
el que se nutre y se riega con la sangre de Vida,
que aguarda, siniestro, que suelte mis miedos
y decida, de una vez por todas, surcar sus senderos.

Y cuando corro suelto la carga
que, por milenios, acarrean mis células
y aprisiona mi corazón.
Libero, libero, libero.....
Mis pisadas masajean la tierra que me cobija
y que acuna las que me precedieron,
mujeres que gritaron sus nombres en alto
y despertaron la bestia que ruge los mil nombres de la Diosa.

Y cuando corro respiro tus vientos de cambio,
me inundo de la Vida que brota de mis poros,
tus poros,
los poros de la Madre que me sustenta.

Y cuando corro, vivo.

Y cuando corro, muero.

Y cuando corro

Oda al Amor

Nunca supe separar el sexo del amor,
por eso no puedo partir mi corazón en dos
y acariciar una segunda piel.
Por eso cuando no me abro, no sigo;
Y por eso cuando me abro, me ABRO,
aunque el miedo que explota en mi vientre me invente cuentos distintos.
Me abro a explorarme en el vínculo,
y a perderme en castillos de aire que se dibujan a lo lejos con tu nombre.
Me entrego a ser vulnerable a pesar de los puñales que marcaron mi piel.
Y también, a ratos, me envuelvo con las dudas que anudan mi ser
y difuminan el horizonte de mis anhelos.
Vestiduras que pesan, dividen y alejan.

Nunca supe separar el sexo del amor,
por eso no puedo conciliar la calma
sabiendo que hay otras pieles que imantan tus deseos
y otras miradas que reflejan tus amaneceres.
No me visto de seda para tratar de seducirte con trapos brillantes,
ni me perfumo de rosas para que entres en mi Edén.
Hago lo que hago porqué honro mi ser mujer,
porqué me apetece dibujar una sonrisa en el reflejo de mis espejos
y valorar cada rincón sagrado de mi cuerpo.
Por eso adorno mi coraza,
para suavizarla ante mi mirada
y poder firmar acuerdos que nos permitan soltarnos con amor.

Nunca supe separar el sexo del amor.
Nunca supe y nunca quiero saber.

Tu mar y mi playa

Como las olas de tu mar y mi playa

lánzate confiado al abismo del devenir.

Abraza fuerte tus alas para que no se olviden

que van pegadas a tu cuerpo,

y vuela,
vuela en lo más profundo de tu existir.
Sin miedo.
Y si surge,
dale la mano y camina hacia el horizonte
con su sabia compañía como apoyo.
Mantén la vigilia para que sus garras no rasguñen
tu sutil protección.
Acúnalo, bésalo y derrítelo con el fuego de tu Amor.
Camina por tu senda
como un caballo salvaje,
libre de prejuicios y de cargas.
Ama como tú sabes.
Sonríe con tu soltura y fescor.
Batalla por tus convicciones y por lo que más deseas.
Arropa tus anhelos y régalos cada día con el agua de tu fe.
Vive,
VIVE!!!!
Para que cuando sea la hora de regresar a tu hogar
tengas la convicción
plena de haber vivido TU VIDA,
de haber volcado en el viento todos tus lamentos
y todas tus bendiciones.